Walter Christaller, un geógrafo alemán, desarrolló la Teoría de los lugares centrales. La premisa de esta teoría es que los asentamientos humanos se centralizan de manera natural, así, las ciudades más grandes ejercen mayor influencia en las ciudades más pequeñas.
Explicación:
El modelo de Christaller supone un espacio con una población y una capacidad de compra uniformemente distribuidas.
Las personas estarán más inclinadas a comprar un producto en la ubicación más cercana para disminuir el tiempo y esfuerzo en recorrer la distancia hasta el punto de venta. Además, el costo de transporte es proporcional a la distancia.
El costo total del producto se incrementa conforme se incrementa la distancia y, disminuye conforme disminuye la distancia. Los productos más duraderos y valiosos —joyas, automóviles, etc.— atraen consumidores dispuestos a viajar mayores distancias, en contraste, los productos perecederos y menos valiosos —periódicos, pasta de dientes, bebidas gaseosas, etc.— atraen consumidores que están menos dispuestos a recorrer grandes distancias.
La teoría de Christaller también supone que existe competencia perfecta, es decir, no existe un actor que pueda controlar los precios. Asume que existe un solo tipo de transporte.
Utilidad:
Puede ser útil a los gobiernos para planear los servicios de las zonas metropolitanas, es decir, de las ciudades y sus suburbios.
También, es útil a para la estrategia competitiva de las empresas, por ejemplo, en la localización de puntos de venta al menudeo.
En ambos casos, es posible que se necesiten adaptaciones, por ejemplo, en el caso de la localización de puntos de venta al menudeo se puede incorporar el tamaño de las instalaciones, bajo el supuesto de que los consumidores estarán más dispuestos a viajar mayores distancias cuando la variedad de productos es mayor.