Francesco Redi fue un médico italiano que vivió en el siglo XVII, en esta época no existían los métodos que conocemos para conservar la carne en buen estado, las personas creían que los gusanos que aparecían sobre la carne eran evidencia de la generación espontánea.
La observación de Redi fue que las moscas eran las primeras en aparecer y posarse sobre la carne. La creencia general era que los gusanos se producían por generación espontánea, la hipótesis de Redi fue que las moscas producían los gusanos.
Así, diseñó un experimento que consistió en colocar una pieza de carne en un frasco descubierto y otra pieza de carne en un frasco con una gasa que impedía que las moscas alcanzaran la carne.
Después de un tiempo pudo observar resultados: los gusanos habían aparecido en la carne contenida en el frasco descubierto, pero no había gusanos en el otro frasco.
Finalmente, llegó a la siguiente conclusión: los gusanos eran producidos por las moscas. Esta afirmación se oponía a la creencia generalizada, pero representa la aplicación del método científico.
En el experimento de Redi es posible identificar la variable de experimental —frasco cubierto o frasco descubierto—. El resto de las condiciones se consideran variables controladas: temperatura, tipo de carne, cantidad de carne, tiempo, tipo de frasco, etc.
A Redi se le atribuye la frase «Todo lo vivo procede de un huevo, y este de lo vivo». El experimento de Redi es uno de tantos que sirvieron para refutar la teoría de la generación espontánea.