Imaginemos una empresa cualquiera a la que vamos a denotar como E, como cualquier empresa se dedica a la creación de valor, esto quiere decir que sus activos generan más valor del que cuestan.
Pero como cualquier otra empresa tiene obligaciones con sus acreedores y accionistas. Las obligaciones con sus acreedores representan la deuda a corto y largo plazos. Cuando una empresa contrae una deuda se compromete a finiquitarla en un plazo determinado, digamos que E ha contraído una deuda (D) de 1,000 pesos que debe pagar al final de año. Existen tres posibilidades:
- Que el valor de E (VE) sea mayor que su deuda (VE>D), en este caso, E podrá liquidar los 1,000 pesos de deuda. El excedente lo podrá reinvertir o pagar dividendos a los accionistas o una combinación de ambas.
- Que el valor de E (VE) sea igual que su deuda (VE=D), en esta situación, E podrá finiquitar su deuda, pero no tendrá ningún excedente para reinvertir o pagar dividendos a sus accionistas.
- Que el valor de E (VE) sea menor que su deuda (VE<D), en este último escenario E no puede liquidar su deuda, mucho menos reinvertir ni pagar dividendos a los accionistas. El derecho de los acreedores consistía en recibir un pago de 1,000 pesos en un tiempo determinado. Ahora, tendrán un derecho sobre el valor de la empresa (VE), es decir, sobre los activos de la empresa: maquinaría, equipo, mobiliario, edificios, terrenos, inventarios, etc.
En el último caso, una empresa podría, incluso, declararse en quiebra y tener que vender todos sus activos para poder cumplir con sus obligaciones, es decir, con sus acreedores quienes podrían recibir una cantidad de dinero menor a la que se había pactado originalmente y, probablemente, fuera del plazo convenido.
Los derechos contingentes son aquellos que obtienen los acreedores y accionistas de una empresa bajo un escenario de los tres descritos anteriormente.
