Selección de frases célebres cortas de Oliver Wendell Holmes.
- El ruido de un beso no es tan retumbante como el de un cañón, pero su eco dura mucho más.
- La vida es un gran haz de pequeñas cosas.
- Todos los hombres son fastidiosos, excepto cuando los necesitamos.
- Los libros antiguos son los libros de la juventud del mundo, y los nuevos son el fruto de su tiempo.
- Para el hombre, como para el pájaro, el mundo ofrece sitios donde posarse, pero nidos solamente uno: su hogar.
- El derecho es vida, y la vida cambia.
- El mayor acto de fe es cuando un hombre decide que él no es Dios.
- La fama suele alcanzar a aquellos que están pensando en otra cosa.
- Los seres humanos no dejan de jugar porque envejecen; envejecen porque dejan de jugar.
- El lugar que amamos, ése es nuestro hogar; un hogar que nuestros pies pueden abandonar, pero no nuestros corazones.
- La juventud se desvanece, el amor merma, las hojas de la amistad se secan; la esperanza secreta de una madre sobrevive a todo.
- La muerte jala mis oídos y dice: “Vive; estoy llegando”.
- El joven conoce las reglas, pero el viejo las excepciones.
- Es el terreno de la ciencia hablar y privilegio de la sabiduría escuchar.
- No pongas tu interés en el dinero, pero pon tu dinero a interés.
- Ningún amor es más verdadero que aquel que muere sin haber sido revelado.
- La memoria es como una red: uno la encuentra llena de peces al sacarla del arroyo, pero a través de ella pasaron cientos de kilómetros de agua sin dejar rastros.
- Estirada por una nueva idea, la mente del hombre jamás recobra su tamaño original.
- Aquello que sale del corazón, lleva el matiz y el calor de su lugar de origen.
- La ciencia es un magnífico mobiliario para el piso superior de un hombre, siempre y cuando su sentido común esté en la planta baja.