Amos Bronson Alcott. Pedagogo y escritor estadounidense. 1799 – 1888.
- La enfermedad del ignorante es ignorar su propia ignorancia.
- El que se ve en una situación peligrosa piensa con las piernas.
- El tiempo es nuestro mejor amigo, y el que mejor que nadie nos enseña la sabiduría del silencio.
- La civilización degrada a muchos para encumbrar a unos pocos.
- La mujer sería más encantadora si fuera posible caer en sus brazos sin caer en sus manos.
- Estas son las prerrogativas del genio: saber sin haber aprendido; extraer conclusiones justas de premisas ignoradas; discernir el alma de las cosas.
- Ser ignorante de la ignorancia ajena es la enfermedad del ignorante.
- Una viuda virtuosa es el más leal de los mortales: Se mantiene fiel a quien no puede sentirse complacido ni beneficiado por la fidelidad.
Domingo Faustino Sarmiento. Político, pedagogo, escritor, docente, periodista, militar y presidente argentino. Febrero 15/1811 – Septiembre 11/1888.
- Puede juzgarse el grado de civilización de un pueblo por la posición social de las mujeres.
- Las cumbres se alcanzan doblando el empeño.
- Fui nombrado presidente de la república, y no de mis amigos.
- Cuando los hombres honrados se van a su casa, los pillos entran en la de gobierno.
- Los pueblos no tienen un carácter activo en los sucesos. Sufren, pagan y esperan.
Horace Mann. Reformador de la educación estadounidense. Mayo 4/1796 – Agosto 2/1859.
- Sería mejor para nuestros distinguidos antepasados alabarles con menos palabras y con más acciones nobles.
- El maestro que intenta enseñar sin inspirar en el alumno el deseo de aprender está tratando de forjar un hierro frío.
- El genio puede concebir, pero la labor paciente debe consumar.
- Un ser no está completo hasta que no se educa.
- El único propósito del castigo es la prevención del mal; nunca debe ser impulsivo el bien.
- Sería mucho mejor para nuestros distinguidos antepasados alabarles con menos palabras y con más acciones nobles.
- El hábito es como un cable; nos vamos enredando en él cada día hasta que no nos podemos desatar.
- Avergüénzate de morir si no has ganado alguna victoria para la humanidad.
Marco Fabio Quintiliano. Retórico y pedagogo hispanorromano. 39 – 95.
- Del maldiciente al malhechor sólo media la ocasión.
- Los malos hábitos es más fácil romperlos que enmendarlos.
- No es tan dañino oír lo superficial como dejar de oír lo necesario.
- La ambición es un vicio, pero puede ser madre de la virtud.
- La conciencia vale por mil testigos.
- Aunque la ambición sea un vicio, no obstante, a menudo es causa de virtud.
- El que parece sabio, entre los tontos, parece tonto entre los sabios.
- La brevedad es loable cuando no se dice más ni menos de lo necesario.
- Lo que en algunos se llama libertad, en otros se conoce como libertinaje.