Carlo Goldoni. Dramaturgo veneciano. Febrero 25/1707 – Febrero 6/1793.
- El que deja una imagen suya en sus hijos sólo muere a medias.
- El mundo es una patria y se vive bien en todas partes cuando se tiene mucho dinero y se es de humor alegre.
- Cuando una mujer se encoleriza, cuatro besitos son suficientes para calmarla.
- Si falta la diplomacia, recurrid a la mujer.
- Un viajero sabio nunca desprecia su propio país.
- El que no ha salido jamás de su país está lleno de prejuicios.
Henry Fielding. Novelista y dramaturgo inglés, considerado como el creador de la tradición novelística inglesa junto con Samuel Richardson. Abril 22/1707 – Octubre 8/1754.
- En todo matrimonio hay, por lo menos, un necio.
- La culpa se hace eco muy rápidamente de la acusación.
- El valor genera, en la mente mezquina envidia, y la emulación en las grandes almas.
- La escuela es la cuna de todos los vicios e inmoralidades.
- A quién nada se ha dado, nada puede pedirse.
- Casi todos los médicos tienen sus enfermedades favoritas.
- Un periódico consta siempre del mismo número de palabras, haya noticias o no las haya.
- Un hombre ha de mantener su amistad en continua reparación.
- La conciencia es la única cosa incorruptible que tenemos.
John Gay. Poeta y dramaturgo inglés. Junio 30/1685 – Diciembre 4/1732.
- Un momento del tiempo puede hacernos infelices por siempre.
- Quien no amó nunca, no ha vivido jamás.
- Sé que ustedes los abogados pueden fácilmente cambiar las palabras y su significado a su antojo.
- Engañar a un hombre no es nada; la mujer debe tener partes finas, para de hecho, engañar a otra mujer.
- Elogiar a todos por igual es no elogiar a ninguno.
- La mujer celosa cree todo lo que la pasión le sugiere.
- Sin lugar a dudas, es importante desarrollar la mente de los hijos. No obstante, el regalo más valioso que se les puede dar, es desarrollarles la conciencia.
- Lo que la locura dicta, los celos lo creen.
- El confortable estado de viudez es la única esperanza que mantiene el espíritu de una esposa.
Juan Ruiz de Alarcón. Dramaturgo novohispano. 1581 – 1639.
- Más puede errando el amor que la razón acertando.
- En el tiempo dichoso vive dormido el valor.
- El mal que quiere engañar con máscara de bien entra.
- Nunca conserva firmes amistades quien sólo atento va a sus pretensiones.
- A la esperanza pido engaños que alimenten mis deseos.
- ¡Soltero soy, vive Dios!
- ¿No ves que no tengo amor y me hiela el menor frío?
Manuel Tamayo y Baus. Dramaurgo español. Septiembre 16/1829 – Junio 21/1898.
- Los malos parecen siempre muchos por el ruido que hacen.
- Con el dinero se puede fundar una casa espléndida, pero no una familia dichosa.
- ¡Ay del hombre que cause envidia y no logre al mismo tiempo causar temor!
- El primer maestro de la filosofía que tuvo la humanidad fue la serpiente del paraíso.
- La piedra filosofal, buscada en vano por los alquimistas, ha sido al fin hallada por los tramposos; la piedra filosofal es el dinero ajeno.
- Los malvados se burlan en público de los hombres de bien, y en secreto los respetan y envidian.
Pierre Augustin Caron de Beaumarchais. Dramaturgo francés. Enero 24/1732 – Mayo 18/1799.
- Sé mediocre y rastrero y llegarás a todo.
- No mires nunca de donde vienes, sino a donde vas.
- Beber sin sed y amar en todo tiempo es lo único que diferencia al hombre del animal.
- Para la cólera y el amor todo lo que se aplaza se pierde.
- Yo me río de todas las cosas por miedo a verme obligado a llorar.
- Para adquirir riquezas el saber hacer, vale más, que el mero saber.
- Entre todas las cosas serias, el matrimonio es la más divertida.
- Cuando una medicina no hace daño deberíamos alegrarnos y no exigir además que sirva para algo.
Vittorio Alfieri. Dramaturgo italiano. Enero 16/1749 – Octubre 8/1803.
- Un rey no debe caer nunca de su trono, excepto cuando el trono cae.
- Raro y celestial don, el que sepa sentir y razonar al mismo tiempo.
- Tener con quién llorar aminora el llanto de muchos.
- No alabemos más que aquellos que enseñan a ser mejor.
- A menudo una prueba de valor no consiste en morir, sino en vivir.