Planear un escrito es importante para organizar las ideas que se desean comunicar de manera clara, natural, cortés, sin omisiones y aumentando la posibilidad de conseguir el fin que persigue el texto.
Para planear un escrito se puede utiliza la técnica del interrogatorio, esta consiste en preguntarnos qué vamos a comunicar, quién lo va a leer, cómo lo vamos a comunicar, dónde lo vamos a comunicar, por qué lo vamos a comunicar y cuándo lo vamos a comunicar.
Qué vamos a comunicar. Consiste en identificar el tema central, es posible que este punto se determine por elección o por asignación. Debemos determinar las ideas y/o sucesos que deseamos comunicar, hay que delimitar el tema, no siempre es posible tratar cada aspecto de un tema. Es posible hacer una lista para verificar que no olvidamos nada, después, podemos encadenar cada idea en la lista en párrafos de nuestro escrito. Otra posibilidad es la omisión intencional, alguna idea o suceso que no queremos comunicar por ser irrelevante.
Quién lo va a leer. Debemos adecuar nuestro lenguaje al lector o lectores. La redacción del escrito debe ser adecuada a las personas que lo van a leer, no es lo mismo elaborar un escrito para adultos que para niños, tampoco lo es redactar un escrito para personas con conocimientos especializados como para aquellas que desconocen el tema a tratar.
Cuándo lo vamos a comunicar. Debemos ser oportunos. Una convocatoria determina las fechas en las que se debe entregar un escrito, esta información nos ayudará a planificar el tiempo que se le dedica al escrito debido al lapso que falte para la fecha de entrega, el cronograma es una herramienta útil para elaborar un calendario de actividades. También, determina el tiempo verbal a utilizar, si los sucesos que se describen en el texto ocurrieron hace años usaremos el tiempo pasado para describir tales sucesos.
Dónde lo vamos a comunicar. El motivo del escrito puede determinar un lugar en específico en el que se entregue, por ejemplo, si es un escrito para participar en una convocatoria se deberá tener presente el lugar en el que se entregará. También, se puede referir al medio en el que se publicará, un periódico, una revista, etc., el medio determinará la extensión del escrito y esta información nos ayudará a planificar el tiempo de dedicación del escrito. El medio o lugar también puede determinar las personas que lo leerán, este punto nos puede ayudar a responder la pregunta quién lo va a leer.
Cómo lo vamos a comunicar. Debemos encontrar la manera de emplear las palabras para conseguir el fin del escrito. Se usa un lenguaje prudente, pero se evita el servilismo, el antagonismo o cualquier clase de reproche. También, se aconseja un lenguaje sencillo y natural, es recomendable evitar rebuscamientos. Las ilustraciones pueden ser abundantes si se juzga conveniente para el tipo de personas que lo leerán.
Por qué lo vamos a comunicar. Identificar la causa o razón por la que elaboramos el escrito nos permite determinar el tono con el que lo redactamos, los escritos pueden tener diversas intenciones: explicar, analizar, motivar, recomendar, sugerir, vender, agradecer, solicitar, etc.
Con la información anterior puedes comenzar a trabajar:
- Buscar la información importante en enciclopedias, diccionarios, libros, internet, etc. Otra posibilidad es la obtención de información en campo.
- Realizar una selección de la información que nos resulta útil.
- Esquematizar la información importante en un mapa mental, llaves, flechas, etc.
- Elaborar un borrador y, al terminar, revisarlo haciendo las correcciones necesarias.
- Dar formato al escrito: definir el tamaño de las letras, el espaciado, qué va en negritas o en cursivas, alineación de las ilustraciones si es el caso, si se va a entregar impreso o por algún medio digital, etc.