Selección de frases célebres cortas de Baltasar Gracián.
- Triste cosa es no tener amigos, pero más triste debe ser no tener enemigos, porque quien enemigos no tenga, señal de que no tiene: ni talento que haga sombra, ni valor que le teman, ni honra que le murmuren, ni bienes que le codicien, ni cosa buena que le envidien.
- Para gobernar locos es menester gran seso y para regir necios gran saber.
- Lo bueno, si breve, dos veces bueno.
- Es pasión de necios la prisa.
- La muerte para los mozos es naufragio, y para los viejos tomar puerto.
- Pon un gramo de audacia en todo lo que hagas.
- Ciencia sin seso, locura doble.
- Es tan difícil decir la verdad como ocultarla.
- El excusarse antes de ocasión es culparse.
- Es cordura provechosa ahorrarse disgustos. La prudencia evita muchos.
- Por grande que sea el puesto, ha de mostrar que es mayor la persona.
- Es mejor ser admirado que amado, porque la admiración es más tolerante que el amor.
- No vivir aprisa. El saber repartir las cosas es saberlas gozar; a muchos les sobra la vida y se les acaba la felicidad.
- De los amigos maleados salen los peores enemigos.
- Los sabios mueren, más los tontos revientan.
- Al varón sabio más le aprovechan sus enemigos que al necio sus amigos.
- Las verdades que más nos importan vienen siempre a medio decir.
- Menos mal te hará un hombre que te persiga, que una mujer que te siga.
- Tratad con quien se puede aprender.
- No hay cosa más fácil que engañar a un hombre de bien.
- El que comunicó sus secretos a otro, hízose esclavo de él.
- Quien añade sabiduría añade tristeza.
- Muchos hay que aborrecen de balde, sin saber el cómo ni el porqué.
- Para prevenidos no hay acasos.
- Visto un león, están vistos todos, pero visto un hombre, sólo está visto uno, y además mal visto.
- No hay en el mundo señorío como la libertad del corazón.
- Errar es humano, pero más lo es culpar de ello a otros.
- Quien no tiene enemigos, tampoco suele tener amigos.
- A los veinte años un hombre es un pavo real; a los treinta, un león; a los cuarenta, un camello; a los cincuenta, una serpiente; a los sesenta, un perro; a los setenta, un mono; a los ochenta, nada.
- Sólo vive el que sabe.
- El no y el sí son breves de decir, pero piden pensar mucho.
- Obró mucho el que nada dejó para mañana.
- Lo cierto es que a todo héroe le apadrinan el valor y la fortuna, ejes ambos de toda heroicidad.
- La retentiva es el sello de la capacidad.
- Saber y saberlo demostrar es valer dos veces.
- Hemos de proceder de tal manera que no nos sonrojemos ante nosotros mismos.
- Emprendo a formar, con un libro enano, un varón gigante, y con breves períodos, inmortales hechos.
- Has de hablar como en testamento, que a menos palabras, menos pleitos.
- Es desgracia habitual en los ineptos la de engañarse al elegir profesión, al elegir amigos y al elegir casa.
- Son los ímpetus de las pasiones deslizadores de la cordura, y allí es el riesgo de perderse.
- Ninguno hay que no pueda ser maestro de otro en algo.
- Hay mucho que saber, y es poco el vivir, y no se vive si no se sabe.
- Muchas veces nace la enfermedad del mismo remedio.
- Más vale un grano de cordura que arrobas de sutileza.
- La queja trae descrédito.
- En la boca del viejo todo lo bueno fue, y todo lo malo es.
- La esperanza es un gran falsificador.
- Lo único que realmente nos pertenece es el tiempo: incluso aquel que no tiene otra cosa cuenta con eso.
- Mucho has perdido si un amigo has perdido, y será bien dificultoso hallar otro.
- Más puede una lagrimilla mujeril, que toda la sangre que derramó el valor.
- La confianza es madre del descuido.
- Donde acaba el deseo comienza el temor.
- La fortuna se cansa de llevar siempre a un mismo hombre sobre las espaldas.
- El primer paso de la ignorancia es presumir de saber, y muchos sabrían si no pensasen que saben.
- Señal de tener gastada la fama propia es cuidar de la infamia ajena.
- Saber olvidar, más es dicha que arte.
- Es felicidad juntar el afecto con el aprecio; el amor introduce la lanza y al paso que ésta entra, sale la estimación.
- Viven los sabios varones ya pasados, y nos hablan cada día en sus eternos escritos iluminados perenemente los venideros.
- El más poderoso hechizo para ser amado es amar.
- La costumbre disminuye la admiración, y una mediana novedad suele vencer a la mayor eminencia envejecida.
- No es necio el que hace la necedad, sino el que, hecha, no la sabe encubrir.
- Son tontos los que lo parecen y la mitad de los que no lo parecen.
- El que no reconoce al necio nada más verlo debe de ser un necio también.
- Cada uno muestra lo que es en los amigos que tiene.
- ¿Cuál puede ser una vida que comienza entre los gritos de la madre que la da y los lloros del hijo que la recibe?
- La amistad multiplica los bienes y reparte los males.