Selección de frases célebres cortas de Molière.
- La felicidad ininterrumpida aburre; debe tener alternativas.
- El amor es a menudo un fruto del matrimonio.
- Nunca se entra, por la violencia, dentro de un corazón.
- A menudo se casa el hombre por un momentáneo acceso de desesperación, del que se arrepiente luego durante toda su vida.
- La mayor ambición de las mujeres es inspirar amor.
- No es precisamente la razón la que dicta sus normas al amor.
- Las lenguas que siempre tienen veneno que propagar.
- La prudencia siempre es oportuna.
- Casi todos los hombres mueren de sus medicinas, no de sus enfermedades.
- La hipocresía es el colmo de todas las maldades.
- La muerte es el remedio de todos los males; pero no debemos echar mano de éste hasta última hora.
- Nadie es capaz de evitar el amor, y nadie es capaz de evitar que su amor se acabe. De nosotros sólo depende usar bien el amor; vivirlo y gozarlo bien; que exista y que deje de existir no depende de nosotros.
- Todos los vicios, con tal de que estén de moda, pasan por virtudes.
- Algunos están destinados a razonar erróneamente; otros a no razonar en absoluto, y otros a perseguir a los que razonan.
- La belleza del rostro es frágil, es una flor pasajera, pero la belleza del alma es firme y segura.
- Aquí yace Molière el rey de los actores. En estos momentos hace de muerto y de verdad que lo hace bien.
- El amor no distingue de personas.
- La amistad pide un poco más de misterio; enarbolarla con cualquier motivo equivale a profanar su nombre.
- Sólo se muere una vez, ¡pero por tan largo tiempo!
- Somos más sociables y nos hacemos estimar más por vuestro corazón que por nuestro talento.
- Es más civilizado morir según las reglas que curarse contra las reglas.
- No es solamente por lo que hacemos, sino también por lo que no hacemos, que somos responsables.
- Cuando se quiere dar amor, hay un riesgo: el de recibirlo.
- Una mirada, un suspiro, el silencio, son suficientes para explicar el amor.
- Los autores suelen tener el defecto de tiranizar las conversaciones hablando sólo de sus obras.
- Los errores más pequeños son siempre los mejores.
- Un amante apasionado ama hasta los defectos de la persona a quien ama.
- Hay que comer para vivir, y no vivir para comer.
- Fácilmente nos dejamos engañar por aquellos que amamos.
- La hermosura sin gracia es un anzuelo sin cebo.
- La amistad nace con la luz y se afirma con el trato.
- Lo que el amor hace, él mismo lo excusa.
- Si poseyeseis cien bellas cualidades, la gente os miraría por el lado menos favorable.
- Prefiero un vicio tolerante a una virtud obstinada.
- Oponerse directamente a las opiniones es el medio de echarlo todo a perder.
- Jamás se penetra por la fuerza en un corazón.
- Los hombres son todos parecidos en sus promesas. Sólo en sus acciones es que ellos difieren.
- El envidioso puede morir, pero la envidia, nunca.
- En batallas del amor siempre les toca perder a los tímidos.
- El celoso ama más, pero el que no lo es ama mejor.
- Soportamos las reprensiones, pero no sufrimos las burlas. Preferimos ser malos a ser ridículos.
- ¡Qué delicia tener un marido por la noche a nuestro lado! Aunque no sea más que por el placer de tener alguien que te salude y te diga ¡Jesús!, cuando estornudas.
- Cuanto más amamos a alguien menos conviene halagarle.
- El que no es amigo de toda la humanidad, no es amigo mío.
- El dinero es la llave que abre todas las puertas.
- La mujer es como la hiedra, que crece en todo su esplendor mientras se enrosca al árbol, pero no vale para nada cuando se la separa de él.