Alfred Tennyson, poeta inglés. Agosto 6/1809 – Octubre 6/1892.
- La causa de la mujer es la del hombre; los dos se levantan o sucumben juntos.
- Es mejor haber amado para perderlo después, que nunca antes haber amado.
- Nunca será tarde para buscar un mundo mejor y más nuevo, si en el empeño ponemos coraje y esperanza.
- El conocimiento viene, la sabiduría se queda.
- Yo soy una parte de todo aquello que he encontrado en mi camino.
- El hombre es el cazador, y la mujer es su caza.
- Ahora veo bien que han muerto los antiguos tiempos, cuando cada nueva aurora traía una noble aventura y cada aventura traía un noble caballero.
- Adular a la cara y morder a la espalda van siempre juntos.
- El orgullo violento del hombre viene a ser, a menudo, como el gorro y los cascabeles de un loco.
- Como es el marido es la mujer.
- La ciencia viene, pero la sabiduría se demora.
- El propósito que ata demasiado estrechamente, se quiebra por lo más flojo.
- Un Dios, una ley, un elemento, un divino acontecimiento muy remoto, hacia el que se dirige toda la creación.
- El hombre sueña con la fama, mientras la mujer despierta al amor.
- Dulce es el amor verdadero, aunque sea en vano.
- Los sueños son verdad mientras duran; y ¿no vivimos nosotros en sueños?
- El hombre que más ama a su patria es el más cosmopolita.
- Los hombres, mayormente, son como los cielos y la tierra; pero las mujeres entre otras cosas, son como los cielos y el infierno.
- Tan sólo es noble ser bueno.
- No se casen por el dinero, sino por lo que representa.
- La mentira que es casi verdad es peor que todas las mentiras.
- Al trono lo ilumina un rayo poderoso que puede fulminar a los hombres.
- Hay más fe en una duda honesta que en la mitad de un credo.