Selección de frases célebres cortas de Jean de la Bruyére.
- La muerte no viene más que una vez, pero se deja sentir en todos los momentos de la vida.
- La mejor manera de hacer carrera es transmitir a los demás la impresión de que ayudarte sería para ellos de gran provecho.
- En el mundo hay sólo dos maneras de triunfar: por la propia capacidad o por la imbecilidad ajena.
- La modestia es al mérito lo que en un cuadro son las sombras respecto a las figuras: le da fuerza y relieve.
- La culpa de que un secreto sea revelado recae sobre quien lo confío a otro.
- Hay ciertas cosas en las que la mediocridad es intolerable: la poesía, la música, la pintura, la oratoria.
- La vida es corta y enfadosa; toda ella se nos va en continuas aspiraciones.
- El placer más delicioso consiste en procurárselo a otros.
- La mayoría de los hombres emplean la primera parte de su vida en hacer desgraciada el resto de ella.
- El deber de un juez es hacer justicia; su arte consiste en demorarla.
- La envidia y el odio van siempre unidos. Se fortalecen recíprocamente por el hecho de perseguir el mismo objeto.
- Los niños no tienen pasado ni futuro, por eso gozan del presente, cosa que rara vez nos ocurre a nosotros.
- El amor que nace súbitamente es el más difícil de extinguir.
- Una cualidad de la justicia es hacerla pronto y sin dilaciones; hacerla esperar es injusticia.
- La mayoría de los hombres emplean la mitad de su vida en hacer miserable la otra.
- La cortesía es conducirse de modo que los demás queden satisfechos de nosotros y de ellos mismos.
- Hay situaciones en la vida en que la verdad y la sencillez forman la mejor pareja.
- Si la pobreza es la madre de los crímenes, la falta de espíritu es su padre.
- Sólo el motivo constituye el mérito de las acciones; y el desinterés les da la perfección.
- Hay personas que empiezan a hablar un momento antes de haber pensado.
- Cuando un pueblo se exalta es difícil calmarlo; pero cuando está tranquilo es difícil saber cuándo va a exaltarse.
- Quien ha experimentado un amor profundo desdeña la amistad.
- Si no murieran todos los hombres, entonces si, que afligiría al morirse.
- No hay nada que los hombres más deseen conservar y menos cuiden que su propia vida.
- Hay pocas mujeres tan perfectas que no hagan arrepentirse a sus maridos de haberse casado, por lo menos una vez al día.
- La liberalidad no consiste en dar mucho, sino dar a tiempo.
- Casi nadie repara por sí mismo en el mérito de otro.
- No admitir corrección ni consejo sobre la propia obra es pedantería.
- No se puede ir muy lejos en la amistad si no están dispuestos a perdonarse pequeños defectos los unos a los otros.
- No existe para el hombre más que una verdadera desdicha: incurrir en faltas y tener motivos de censura contra sí.
- Hay una especie de vergüenza en ser feliz a la vista de ciertas miserias.
- El amor y la amistad se excluyen mutuamente.
- Más fácil es encontrar un amor apasionado que una amistad perfecta.
- Escribir bien es gloria y mérito de algunos hombres, de otros sería gloria y mérito no escribir nada.
- Es una enorme desgracia no tener talento para hablar bien, ni la sabiduría necesaria para cerrar la boca.
- Un alma grande está por encima de la injuria, de la injusticia y el dolor.
- Los amores mueren de hastío, y el olvido los entierra.
- Es menester reír aun sin haber encontrado la felicidad, no sea que muramos sin haber reído nunca.
- Nada dura más que una fortuna moderada y nada llega antes a su término que una gran fortuna.
- Los moribundos que hablan de su testamento pueden confiar en ser escuchados como si fueran oráculos.
- No hay más que tres acontecimientos importantes en la vida: nacer, vivir y morir. No sentimos lo primero, sufrimos al morir y nos olvidamos de vivir.
- Los hijos quizá serían más amados por sus padres y recíprocamente éstos de aquellos, si no existiese la palabra heredero.
- Conviene reír sin esperar a ser dichoso, no sea que nos sorprenda la muerte sin haber reído.
- Hay personas que hablan justo un momento antes de haber pensado.
- Sólo un exceso es recomendable en el mundo: el exceso de gratitud.
- Echar de menos a la persona amada, en su ausencia, es un bien comparado con la realidad de vivir con la persona amada.
- El tiempo, que fortalece las amistades, debilita el amor.
- Puede uno esperar mucho de un amigo, si al subir al poder todavía se acuerda de nosotros.
- Es más vergonzoso desconfiar de los amigos que ser engañado por ellos.
- La cortesía hace que el hombre aparezca exteriormente tal como debiera ser en su interior.
- El dar de mala gana es grosería. Nada cuesta añadir una sonrisa.
- A veces cuesta mucho más eliminar un solo defecto que adquirir cien virtudes.
- Los mismos vicios que nos parecen enormes e intolerables en los demás, no los advertimos en nosotros.
- En la sociedad, el hombre sensato es el primero que cede siempre. Por eso, los más sabios son dirigidos por los más necios y extravagantes.
- La virtud, no por estar de moda, deja de ser virtud.
- El esclavo sólo tiene un dueño; el ambicioso, tantos como personas le puedan ser útiles a su fortuna.
- Con la perfidia de las mujeres se consigue curar los celos.
- Quien dice que no es dichoso, podría serlo por la dicha de su prójimo si la envidia no le quitara este último recurso.
- Los que emplean mal su tiempo son los primeros en quejarse de su brevedad.
- El amor crece poco a poco y por grados se parece demasiado a la amistad para encenderse en pasión. No pasa de ser una de tantas imitaciones de amor.
- El amor empieza por amor; de la más estrecha amistad no se puede pasar sino a un amor muy débil.
- Tememos la vejez, aunque ignoramos si llegaremos a ella.
- La vida es una tragedia para los que sienten, y una comedia para los que piensan.
- Casi siempre la burla arguye pobreza de espíritu.
- Es empresa vana tratar de ridiculizar a un necio rico: las carcajadas están de su parte.
- El egoísmo no es más que el medio de convertirlo todo en utilidad propia.
- Hay padres tan antinaturales que toda su vida parece estar consagrada a dar motivos a sus hijos para que se consuelen de su muerte.
- Cuanto más se acerca uno a los grandes hombres, más cuenta se da de que son hombres.
- Cuando una mujer bella elogia la belleza de otra, puede estar segura de que es más hermosa que la elogiada.