Selección de frases célebres cortas de Rousseau.
- Donde quiera que veáis la moderación sin tristeza, la concordia sin esclavitud, la abundancia sin profusión, decid confiadamente; es un ser venturoso el que aquí manda.
- El alma resiste mucho mejor los dolores agudos que la tristeza prolongada.
- Un buen padre vale por cien maestros.
- Las cartas de amor se escriben empezando sin saber lo que se va a decir, y se terminan sin saber lo que se ha dicho.
- La única parte realmente útil de la medicina es la higiene. La higiene, empero, es más bien una virtud que una ciencia.
- La mujer está más maltratada por la civilización que por la naturaleza.
- Detesto más las malas máximas que las malas acciones.
- Ser adulto es estar solo.
- Es muy difícil someter a la obediencia a aquel que no busca mandar.
- Quitad de los corazones el amor por lo bello, y habréis quitado todo el encanto a la vida.
- Todas las pasiones son buenas mientras uno es dueño de ellas, y todas son malas cuando nos esclavizan.
- La clase de felicidad que necesito es menos hacer lo que quiero que no hacer lo que no quiero.
- Las ideas generales y abstractas son fuente de los más grandes errores humanos.
- Las injurias son las razones de los que tienen culpa.
- Nadie puede ser feliz si no se aprecia a sí mismo.
- Trabajar constituye un deber indispensable para el hombre social. Rico o pobre, poderoso o débil, todo ciudadano ocioso es un ladrón.
- Los remordimientos se adormencen en la prosperidad y se agudizan en los malos tiempos.
- Si hubiera una nación de dioses, éstos se gobernarían democráticamente; pero un gobierno tan perfecto no es adecuado para los hombres.
- Siempre he creído que lo bueno no era sino lo bello puesto en acción.
- No es nada fácil abandonar la virtud; ella atormenta durante mucho tiempo a los que la abandonan.
- Es muy difícil pensar noblemente cuando no se piensa más que para vivir.
- La única costumbre que hay que enseñar a los niños es que no se sometan a ninguna.
- Las ciudades son el abismo de la especie humana.
- El vicio rara vez se insinuó oponiéndose a la honradez; casi siempre toma el disfraz de ésta.
- El hombre padece pocos males, si se exceptúan los que él mismo se atrae por el abuso de sus facultades.
- La naturaleza ha hecho al hombre feliz y bueno, pero la sociedad lo deprava y lo hace miserable.
- La juventud es el momento de estudiar la sabiduría; la vejez, el de practicarla.
- El hombre es un milagro sin interés.
- Si la razón hace al hombre, el sentimiento lo conduce.
- Podemos adquirir la libertad, pero nunca se recupera una vez que se pierda.
- La libertad no es fruto que crezca en todos los climas, y por ello no está al alcance de todos los pueblos.
- Yo detesto los libros, pues sólo enseñan a la gente a hablar de lo que no entienden.
- El más fuerte no es nunca lo bastante fuerte para ser siempre el amo, si no transforma su fuerza en derecho y la obediencia en deber.
- La gratitud es un deber que debiera ser recompensado, pero que nadie debe esperar la remuneración.
- Es verdaderamente libre aquel que desea solamente lo que es capaz de realizar y que hace lo que le agrada.
- El hombre que no conoce el dolor, no conoce ni la ternura de la humanidad ni la dulzura de la conmiseración.
- ¡Desgraciado de aquel que no sabe sacrificar un día de placer a los deberes de la humanidad!
- La libertad es la obediencia a la ley que uno mismo se ha trazado.
- Si quitáis de los corazones el amor a lo bello, quitaréis todo el encanto de vivir.
- Quien inventó el primer vestido inventó el amor.
- Al salir de ciertas bocas, la misma verdad tiene mal olor.
- Siempre es más valioso tener el respeto que la admiración de las personas.
- Los ignorantes son grandes charlatanes y los entendidos hablan muy poco.
- Preparar al niño para que siga el camino de la verdad, cuando llegue a la edad de comprenderla; y al de la bondad, cuando pueda reconocerla y amarla.
- Una ventaja de las buenas acciones es que elevan el alma y la predisposición para hacer otras mejores.
- No conozco mayor enemigo del hombre que el que es amigo de todo el mundo.
- Los temores, las sospechas, la frialdad, la reserva, el odio, la traición, se esconden frecuentemente bajo ese velo uniforme y pérfido de la cortesía.
- La paciencia es amarga, pero sus frutos son dulces.
- La fama no es sino el aliento de la gente, y a veces insalubre.
- Los animales tienen corazón y pasiones, pero la santa imagen de lo honesto y de lo bello sólo puede tener cabida en el corazón humano.
- El hombre honrado no encontrará jamás una amiga mejor que su esposa.
- El hombre ha nacido libre y en todas partes está encadenado.
- La infancia es el sueño de la razón.
- La infancia es la acción en espera.
- Hay un libro abierto siempre para todos los ojos: la naturaleza.
- El hombre que más ha vivido no es aquel que más años ha cumplido, sino aquel que más ha experimentado la vida.
- No hacer el bien ya es un mal muy grande.
- La experiencia demuestra que el hombre no puede ser virtuoso sin la religión.
- El dinero es la semilla del dinero y el primer duro es más difícil de ganar que el segundo millón.
- No basta que una esposa sea fiel: es menester que su marido, sus amigos y sus vecinos crean en su fidelidad.