Selección de frases célebres cortas de Thomas Hobbes.
- Un hombre libre es aquel que, teniendo fuerza y talento para hacer una cosa, no encuentra trabas a su voluntad.
- La vida es un perpetuo movimiento que, si no puede progresar en línea recta, se desenvuelve circularmente.
- En la naturaleza del hombre encontramos tres causas principales de querella: la competencia, la desconfianza y la gloria.
- Cuando dos hombres desean la misma cosa que no pueden gozar juntos se convierten en enemigos.
- Si las grandes verdades hubieran tenido que esperar el voto favorable de la mayoría, nunca se hubieran conocido.
- Las nociones de rectitud e ilicitud, justicia e injusticia, no tienen lugar en la guerra.
- Hay muy pocos que sean tan necios que no prefieren gobernarse a sí mismos antes que ser gobernados por otros.
- No buscamos la sociedad por amor a ella misma, sino por los honores o los beneficios que puede reportarnos.
- Una democracia no es en realidad más que una aristocracia de oradores, interrumpida a veces por la monarquía temporal de un orador.
- Los niños están dotados de razón hasta que pueden hablar; pero se les llama criaturas racionales por la posibilidad aparente de que harán uso de la razón en un tiempo futuro.
- La risa no es más que la gloria que nace de nuestra superioridad.
- La ciencia es el conocimiento de los efectos y de la interacción entre un hecho y otro.
- El que renuncia a un derecho solamente se quita de en medio para poder gozar del mismo sin impedimento de su parte.
- La base de todas las sociedades grandes y duraderas ha consistido, no en la mutua voluntad que los hombres se tenían, sino en el recíproco temor.
- Las ideas estimulan la mente.
- Los que aprueban una opinión, la llaman opinión; pero los que la desaprueban la llaman herejía.
- De la igualdad de habilidades surge la igualdad de esperanzas en el logro de nuestros fines.
- La ociosidad es la madre de la filosofía.
- La guerra no consiste sólo en la batalla sino en la voluntad de contender.
- Ahora voy a emprender mi último viaje, un gran salto en las tinieblas.
- Al deseo, acompañado de la idea de satisfacerse, se le denomina esperanza; despojado de tal idea, desesperación.