Alexander Pope, poeta inglés. Mayo 22/1688 – Mayo 30/1744.
- En la sombra, lejos de la luz del día, la melancolía suspira sobre la cama triste, el dolor a su lado, y la migraña en su cabeza.
- El vicio es un monstruo de horrible aspecto que a fuerza de verlo acabamos abrazando.
- Los necios admiran; los sensatos aprueban.
- El tiempo todo lo vence, cedamos también nosotros el tiempo.
- Algunas personas nunca aprenden nada, porque todo lo comprenden demasiado pronto.
- Un partido es la locura de muchos en beneficio de unos pocos.
- Las diversiones constituyen la felicidad de quienes no saben pensar.
- En el vasto océano de la vida de diversas formas navegamos, la razón es la carta, pero la pasión son los vientos.
- Haz bien tu parte. En eso reside todo el honor.
- Un hombre obstinado no tiene opiniones, sino éstas a él.
- La reputación es una vida imaginaria en la vida de los demás; una cosa fuera de nosotros antes de nuestra muerte.
- Equivocarse es humano y perdonar es divino.
- Saber poco es muy peligroso.
- Es difícil decir si el delirio de grandeza se muestra al criticar las obras de belleza.
- No hay cristales de más aumento que los propios ojos del hombre cuando mira su propia persona.
- Los de mentalidad reducida se parecen a las botellas: cuando menos tienen, más bulla hacen.
- El pueblo es una fiera de múltiples cabezas.
- ¿Quién decide cuando los médicos no están de acuerdo?
- El honor y la vergüenza surgen sin condiciones; todo consiste en ocupar bien nuestro puesto para alcanzar la honra.
- El que dice una mentira no se da cuenta del trabajo que emprende, pues tiene que inventar otras mil para sostener la primera.
- Los enamorados sueñan, los esposos son despertados.
- Las palabras son como las hojas; cuando abundan, poco fruto hay entre ellas.
- La naturaleza y sus leyes permanecían escondidas en la noche. Dijo Dios Hágase Newton y todo fue luz.