Maximilien Robespierre fue un importante político durante la Revolución Francesa. Nacido el 6 de mayo de 1758 en Arras, Francia, Robespierre se convirtió en una figura destacada en la política francesa en la década de 1790. Conocido por su defensa de los ideales republicanos y su participación en el período conocido como el El Terror. Robespierre desempeñó un papel crucial en la Convención Nacional y el Comité de Salvación Pública, donde su ideología radical y su firme defensa de la República lo llevaron a tomar medidas excepcionales que tuvieron profundas repercusiones.
Índice
Biografía
Juventud
Maximilien François Marie Isidore de Robespierre nació en una familia de abogados en la ciudad de Arras, ubicada en el norte de Francia. Estudió en el liceo Louis-le-Grand gracias a una beca, en el liceo se destacó como estudiante y fue compañero de Camille Desmoulins y Georges Danton que, a la postre, se convirtieron en líderes revolucionarios.
Completó sus estudios de abogado en 1781 en la Escuela de Leyes, en el mismo año comenzó a ejercer su profesión. Durante este período, se involucró en la política y se alineó con movimientos que abogaban por reformas políticas y sociales. Su participación en la defensa de casos relacionados con la injusticia y la opresión le llevó a adoptar posturas cada vez más radicales.
Inicios en la política
En 1789, Robespierre fue elegido quinto diputado del Tercer Estado en los Estados Generales. Sus apasionados discursos en la asamblea evidenciaban afinidad con las ideas de Rousseau. Se le sitúa entre los llamados jacobinos.
Era un momento de agitación en Francia, había tensión social y económica, las ideas de la Ilustración contribuían a la efervescencia. Los movimientos sociales luchaban por un cambio importante en el sistema monárquico que imperaba.
Una multitud que pedía la abdicación del rey fue dispersada por La Fayette el 17 de julio de 1791, Robespierre y otros líderes de la izquierda se escondieron o huyeron. El 30 de septiembre del mismo año, se diluyó la Asamblea Constituyente y Robespierre se convirtió en una de las figuras políticas más relevantes.
El Terror
La ascensión de Robespierre al poder estuvo marcada por su participación en la Convención Nacional, donde su apoyo provenía de los revolucionarios de París. Desde sus inicios, Robespierre manifestó abiertamente su republicanismo y su compromiso con los ideales revolucionarios que buscaban transformar la estructura política y social de Francia. En la Convención Nacional abogó por medidas excepcionales para salvaguardar la República de las amenazas que enfrentaba.
En 1793, Robespierre llevó a cabo un golpe de Estado en el que los principales dirigentes de los girondinos fueron arrestados. Posteriormente, en el 9 de Termidor del año I (27 de julio de 1793), Robespierre se unió al Comité de Salvación Pública, convirtiéndose en el principal dirigente de la nueva república.
Si bien su objetivo era defender la República, la implementación de sus principios radicalizados llevó a la ejecución de todos los sospechosos de ser contrarrevolucionarios. Este período supuso la muerte en la guillotina de miles de personas de todas las clases sociales.
Durante su mandato, Robespierre enfrentó oposición de los ultrarrevolucionarios y de los llamados indulgentes. En respuesta, el Comité de Salvación Pública procedió a eliminar a la oposición. Danton, Desmoulins y Hébert fueron ejecutados.
El desenlace de Robespierre
El apoyo a Robespierre fue menguando por la brutalidad de las medidas. En julio de 1794 Robespierre y algunos de sus cercanos fueron detenidos para, después, ser liberados por la comuna de París. Sin embargo, las tropas leales los hicieron refugiarse en el edifico del ayuntamiento, Robespierre sufrió una herida de bala a la altura de la boca.
Fue capturado y conducido a la plaza de la Revolución, lugar en el que fue guillotinado junto a varios de sus colaboradores. Su cuerpo fue enterrado en el cementerio de Errancis.
Frases
Selección de frases célebres cortas de Maximilien Robespierre.
- ¿Hasta cuándo el furor de los déspotas será llamado justicia y la justicia del pueblo, barbarie o rebelión?
- El fundamento único de la sociedad civil es la moral.
- Los países libres son aquellos en los que son respetados los derechos del hombre y donde las leyes, por consiguiente, son justas.
- Toda ley que viole los derechos inalienables del hombre es esencialmente injusta y tiránica, no es una ley en absoluto.
- Cuando la tiranía se derrumba procuremos no darle tiempo para que se levante.
- Castigar a los opresores de la libertad es clemencia, perdonarlos es barbarie.
- Una gran revolución no es más que un crimen estruendoso que destruye a otro crimen.
- El secreto de la libertad radica en educar a las personas, mientras que el secreto de la tiranía está en mantenerlos ignorantes.
- El que pide con timidez se expone a que le nieguen lo que pide sin convicción.
- Hay algunos hombres útiles, pero ninguno es imprescindible. Sólo el pueblo es inmortal.
- Nada es justo más que lo honesto; nada es útil más que lo justo.
- La muerte es el comienzo de la inmortalidad.
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