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Quién fue Michel Eyquem de la Montaigne, biografía y frases

Michel de Montaigne nació en Burdeos en 1533. Recibió una educación humanista y liberal. Fue magistrado y alcalde de Burdeos, donde demostró habilidades diplomáticas durante tensiones religiosas. Como escritor, revolucionó el género ensayístico con sus Ensayos, explorando la condición humana y la libertad. Viajó por Europa por motivos de salud y aprendizaje, dejando un detallado diario de sus experiencias. Montaigne falleció en 1592, dejando un legado literario y filosófico duradero que influyó en la cultura occidental. Su lema ¿Qué sé yo? refleja su escepticismo y búsqueda de la verdad.

Índice

Quién fue Michel Eyquem de la Montaigne

Michel de Montaigne, el renombrado filósofo y escritor francés, nació cerca de Burdeos el 28 de febrero de 1533. Su legado perdura a través de los siglos, influenciando la literatura y el pensamiento occidental de manera significativa. Su educación temprana fue inusual, ya que su padre, Pierre Eyquem, alcalde de Burdeos, buscaba inculcarle valores humanistas desde una edad temprana. Montaigne fue enviado a vivir con campesinos para experimentar la pobreza, un gesto que moldearía su visión del mundo.

Desde sus primeros años, Montaigne estuvo inmerso en un ambiente de aprendizaje riguroso. Su dominio del latín y posteriormente del griego lo distinguieron como un erudito excepcional. A la edad de 38 años, Montaigne se retiró a su castillo para comenzar su obra maestra, los Ensayos, donde exploraría de manera única la condición humana y su propia identidad.

Los Ensayos de Montaigne son una exploración profunda y personal de diversos temas, donde expone sus pensamientos de manera libre y sin restricciones. Montaigne abogaba por la sinceridad y la autenticidad en la escritura, reflejando su lema ¿Qué sé yo?, esta humilde reflexión sobre la limitación del conocimiento humano se convirtió en el núcleo de su filosofía.

Montaigne era un crítico perspicaz, su escepticismo hacia la certeza absoluta lo llevó a abogar por la tolerancia y la moderación, especialmente durante las turbulentas guerras de religión en Francia. A través de sus ensayos, Montaigne desafió las convenciones de su época, defendiendo la libertad de pensamiento y la coexistencia pacífica entre diferentes creencias.

La influencia de Montaigne en la literatura francesa y mundial es innegable. Como pionero del género ensayístico, su estilo franco y directo ha inspirado a generaciones de escritores y pensadores. Su enfoque en la introspección y la honestidad intelectual sentó las bases para una nueva forma de escritura filosófica, que prioriza la reflexión personal sobre la erudición abstracta.

Montaigne también fue un defensor de la concordia y el diálogo en tiempos de conflicto. Su capacidad para navegar entre diferentes perspectivas y su rechazo a la violencia le valieron el respeto tanto de católicos como de protestantes en un período marcado por la intolerancia religiosa. Su legado como mediador y pensador humanista perdura como un ejemplo de sabiduría y compasión en medio de la discordia.

Montaigne cuestionó la conquista del Nuevo Mundo por los sufrimientos que causaba, abogando por el relativismo cultural y el humanismo. Criticó la tortura y el amor romántico, promoviendo la educación a través de experiencias concretas.

Frases de Michel Eyquem de la Montaigne

  1. El que teme padecer, padece ya lo que teme.
  2. Comer es una de las cuatro finalidades de la vida humana; las otras tres nunca he podido saber cuáles eran.
  3. El disfrute de los bienes de la fortuna, no su posesión, es lo que nos hace dichosos.
  4. El que llama a Dios en su socorro mientras permanece él encenagado en el vicio, hace como el ratero que llama en su ayuda a la justicia.
  5. La vejez pone más arrugas en el espíritu que en la cara.
  6. Prodúcese una deliciosa armonía cuando la acción y la palabra van al mismo compás.
  7. La admiración es el fundamento de toda la filosofía; la investigación, su progreso, y la ignorancia, su meta.
  8. Cuando nos hace falta la razón, hacemos uso de la experiencia.
  9. El valor, como las demás virtudes, tiene sus límites.
  10. Si me fuera permitido, imitaría al filósofo que mandaba colgar en los muros de las aulas cuadros representando la juventud, la alegría, las flores y la gracia.
  11. El mejor matrimonio sería aquel que reuniese a una mujer ciega con un marido sordo.
  12. Nada parece tan verdadero que no pueda parecer falso.
  13. De todos los beneficios que nos reporta la virtud, uno de los más grandes es el desprecio a la muerte.
  14. No hay cosa de la que tenga tanto miedo como del miedo.
  15. Incluso en el trono más alto, uno se sienta sobre sus propias posaderas.
  16. Encuentro tanta diferencia entre yo y yo mismo como entre yo y los demás.
  17. Toda persona honrada prefiere perder el honor antes que la conciencia.
  18. El hombre sabio no lo es en todas las cosas.
  19. Los libros son el mejor viático que he encontrado para este humano viaje.
  20. Para juzgar cosas grandes y nobles, es necesario poseer un alma igual de grande y noble.
  21. Yo no me encuentro a mí mismo cuando más me busco. Me encuentro por sorpresa cuando menos lo espero.
  22. Mi vida ha estado llena de terribles desgracias, la mayoría de las cuales nunca sucedieron.
  23. La curiosidad de conocer las cosas ha sido entregada a los hombres como un castigo.
  24. Nos ocupamos mucho de ser gentes de bien según la ley de Dios; no sabríamos serlo según nosotros mismos.
  25. Aunque pudiera hacerme temible, preferiría hacerme amable.
  26. Cada virtud sólo necesita un hombre; pero la amistad necesita dos.
  27. El que, estando enfadado, impone un castigo, no corrige, sino que se venga.
  28. Yo no cito a otros más que para expresar mejor mi pensamiento.
  29. El bien público requiere que se traicione, que se mienta y que se masacre.
  30. La ciencia es un cetro en ciertas manos, al paso que en otras tan solo es un palitroque.
  31. El oro puede hacer mucho, pero la belleza más.
  32. Quien quisiera que el hombre no conociera el dolor, evitaría al mismo tiempo el conocimiento del placer y reduciría al mismo hombre a la nada.
  33. Nunca se logra ningún beneficio sin perjudicar a otro.
  34. Cien veces al día burlamos nuestros propios defectos censurándolos en los demás.
  35. No existe el presente: Lo que así llamamos no es otra cosa que el punto de unión del futuro con el pasado.
  36. La verdadera libertad consiste en el dominio absoluto de sí mismo.
  37. La principal ocupación de mi vida consiste en pasarla lo mejor posible.
  38. Quien no vive de algún modo para los demás, tampoco vive para sí mismo.
  39. A nadie le va mal durante mucho tiempo sin que él mismo tenga la culpa.
  40. Nuestro deseo desprecia y abandona lo que tenemos para correr detrás de lo que no tenemos.
  41. Nadie está libre de decir estupideces, lo malo es decirlas con énfasis.
  42. Los juegos infantiles no son tales juegos, sino sus más serias actividades.
  43. Prohibir algo es despertar el deseo.
  44. La confianza en la bondad ajena es testimonio no pequeño de la propia bondad.
  45. Encuentro más soportable estar siempre solo, que no poder estarlo nunca.
  46. Cuidamos más que se hable de nosotros que de como se hable.
  47. Las arrugas del espíritu nos hacen más viejos que las de la cara.
  48. Mil rutas se apartan del fin elegido, pero hay una que llega a él.
  49. Todo ser humano que muere representa una obra teatral con un solo personaje: él mismo.
  50. Saber mucho da ocasión de dudar más.
  51. Médicos. Hombres de suerte. Sus éxitos brillan al sol… y sus errores los cubren la tierra.
  52. El signo más cierto de la sabiduría es la serenidad constante.
  53. La palabra es mitad de quien la pronuncia, mitad de quien la escucha.
  54. Todas las acciones que se salen de los límites ordinarios están sujetas a torcidas interpretaciones.
  55. Yo no cito a los demás más que para expresar mejor mi pensamiento.
  56. Si no acaba con la guerra, no es una victoria.
  57. La cobardía es madre de la crueldad.
  58. La prueba más clara de sabiduría es una alegría continuada.
  59. Las leyes mantienen su crédito no porque sean justas, sino porque son leyes.
  60. La conciencia hace que nos descubramos, que nos denunciemos o nos acusemos a nosotros mismos, y a falta de testigos declara contra nosotros.
  61. Soledad: Un instante de plenitud.
  62. El que no esté seguro de su memoria debe abstenerse de mentir.
  63. Ningún hombre es tan bueno, que, al ser expuesto a las acciones de la ley, no sería condenado a la horca por lo menos diez veces.
  64. Nada graba tan fijamente alguna cosa a nuestra memoria como el deseo de olvidarla.
  65. Los celos son, de todas las enfermedades del espíritu, aquella a la cual más cosas sirven de alimento y ninguna de remedio.
  66. El matrimonio es como una jaula; uno ve a los pájaros desesperados por entrar, y a los que están dentro igualmente desesperados por salir.
  67. A quienes me preguntan la razón de mis viajes les contesto que sé bien de qué huyo pero ignoro lo que busco.
  68. Se cree con la mayor firmeza en lo que menos se conoce.
  69. Hay menos problemas en controlar una familia que en gobernar un reino.
  70. El niño no es una botella que hay que llenar, sino un fuego que es preciso encender.
  71. Cada hombre carga en sí la condición humana entera.
  72. Cuando juego con mi gata ¿quién sabe si ella no me hace más deportista a mí que yo a ella?

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Cómo citar

Editor. (13 marzo 2024). Quién fue Michel Eyquem de la Montaigne, biografía y frases. Celeberrima.com. Última actualización el 13 marzo 2024.